G-DRAGON hipnotiza LA en la última fecha del Übermensch World Tour
#Reseña G-DRAGON hipnotiza Los Ángeles en la última fecha del Übermensch World Tour en EE.UU.

¿Quién “manda” en L.A.? Lo siento, Natalie Nunn, es G-DRAGON. El pasado 8 de septiembre, Los Ángeles ardió una vez más bajo los focos del Crypto.com Arena, cuando GD, icono global y pionero de la K-pop, ofreció al público una noche incandescente para cerrar la etapa norteamericana de su gira mundial Übermensch. Dos noches de fiesta, fuego y fervor, donde el “Rey del K-pop” demostró que no ha perdido nada de su magia.
Una comunidad presente
Llegar temprano al Crypto Arena ya era formar parte del espectáculo. A pesar del temido tráfico legendario de LA, los fans llegan puntuales para no perderse nada. Algunos stands de merchandising animados, incluso uno para ajustar los lightsticks: todo listo para la gran ceremonia.
Las conversaciones fluyen entre los VIP’S presentes, compartiendo anécdotas sobre BIGBANG y recuerdos de conciertos pasados. Pero, junto a ellos, también están quienes descubren a GD por primera vez. ¿Qué se le va a hacer? La familia ha crecido.

The King is back
Las pantallas se iluminan, las luces se apagan y, finalmente, ese silencio. Muy breve, porque “POWER” rompe de repente la oscuridad. G-Dragon irrumpe, como un soberano en su trono, y la arena estalla. Este tema, extraído de su álbum Übermensch, proclama al rey en vida. GD ha vuelto, en carne y hueso.
Le siguen “HOME SWEET HOME” y “MichiGO”, apoyados por un grupo de bailarines y una banda en vivo que aporta un toque rockero al conjunto. GD juega con el público, lanza “cheer battles” entre las secciones y se divierte probando su energía… inagotable.
Recuerda su paso por el festival Head in the Clouds a principios de año y su irresistible deseo de regresar a LA. Luego enlaza con “ONE OF A KIND” y “CRAYON”, dos clásicos que hacen vibrar la arena. Otra vez. Un concierto que, claramente, no es para débiles.
GD sube las escaleras flotantes del escenario, se acerca al público y sigue con “BONAMANA”, “I Love It” y “Today”. El setlist es denso, con sus 21 temas.

Un dragón nunca muere
El último acto se abre con un vídeo que acompaña a “A Boy”, repasando los inicios de Ji-Yong. Imágenes de infancia, recuerdos, una elección agridulce sobre el paso del tiempo. Luego, un solo de beatbox incendia el escenario, seguido de una sucesión de temas potentes: “Heartbreaker”, “Bullshit” (¡sí! el famoso, el fabuloso “Bullshit”!), remezclados con guiños a Kendrick Lamar y GD&TOP.
En cuanto a cifras, este concierto marca su tercer álbum en solitario y su primer comeback en ocho años. Dos estatuas en el escenario encarnan su evolución: una representa su yo de 2009, la otra el de 2025. Habla de BIGBANG con ternura y suelta una bomba: un comeback por los 20 años del grupo en 2026. Las bocas se abren y se cierran: “¿Cómo dice?” La arena estalla. Folks, it’s getting real.
Las luces se apagan. Un vídeo cinematográfico se eleva, acompañado de una versión fantasmal de “Can’t Help Falling in Love”. GD vuelve con “This Love”, se acerca al público, da apretones de mano.

Luego llegan “1 Year”, “IBELONGIIU” y “GYRO-DROP”, donde la banda en vivo también brilla con luz propia. GD presenta a sus músicos y bailarines, todos con camisetas “I (corazón) GD”.
GD vuelve una última vez
Sentado, solo bajo los focos, canta “Untitled, 2014”. Sin puesta en escena. Solo él, su voz y la emoción. Un último crédito pasa con “Home Sweet Home”. El telón. Chapeau.
Coordinación y contenido mediático: Demona Lauren